Esta reflexión nace a partir de una conversación que tuve ayer mismo
con un buen amigo y colega de profesión, que me comentó algo así como “Pues
estoy cambiado de marca de lentes tóricas a todos los pacientes que usan la
marca X para que empiecen a usar la marca Y” Cuando le pregunté la razón, me
dijo que el laboratorio de la marca X no le daba buenas condiciones comerciales
y el servicio dejaba mucho que desear… con estas razones ¿Cómo no cambiar,
verdad?
Después me comentó cómo estaba haciendo el cambio: cuando un paciente/
cliente le llamaba o se pasaba por la óptica para reponer las lentes de
contacto, le pedía la reposición de las lentes X, pero a la vez también dos
blister de prueba de la lente Y, y cuando el paciente venía a recoger sus
lentes, le regalaba los blisters explicándole que, cuando se acabasen sus
lentes de siempre, probase esas nuevas, y se pasase a revisión para, si iba
bien, pedirlas las próximas, que además le saldrían por el mismo precio o
incluso más baratas. Se me ocurren varias razones por las que no se debe actuar
así:
1. Una prueba/ cita a tan largo plazo (al menos 6 meses) es muy
posible que al final no se lleve a cabo
2. Es posible que pruebe las nuevas antes de empezar las suyas de
siempre, o incluso cuando ya las haya abierto y que entonces nos reclame el
cambio YA… ¿Entonces qué haremos? ¿Nos aceptará el laboratorio la devolución?
3. Estamos regalando 1 mes de lentes de contacto. Esto, dicho así, no
parece tanto… pero pensemos un momento: con que hagamos esto con 48 pacientes
estamos perdiendo la facturación que nos generarían cuatro pacientes en un año.
Esto último, en vuestro caso no sé, pero en el mío supera los 1200€, y
con los tiempos que corren, no estamos para estos derroches ¿no creéis? – Si esto
lo sustituyésemos por una cita y una prueba de unas horas, o como tengas por
costumbre comprobar que las lentes tóricas le quedan al paciente como es
debido, creo que sería clínicamente más correcto y económicamente mucho más
rentable.
Lo he dicho muchas veces pero lo repito una más: no regalemos nuestros
servicios, no regalemos los productos que vendemos, esto es hacernos un flaco
favor… ¿Y tu qué opinas?
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